La base de los buñuelos de queso y orégano es una rica y suave bechamel que queda a las mil maravillas con el queso y el orégano.
En un cazo ponemos a calentar la leche a fuego medio para empezar a preparar la masa de los buñuelos de queso y orégano.
Por otro lado, colocamos en otro cazo distinto la mantequilla y dejamos que se derrita a fuego suave. Cuando la mantequilla esté derretida, incorporamos en este cazo la harina y dejamos que se tueste sin que llegue a ponerse demasiado dorada.
Cuando tengamos la mantequilla mezclada con la harina, añadimos la leche caliente y retiramos del fuego. Mezclamos todo con unas varillas hasta que no haya ningún tipo de grupo.
Hecho esto, vertemos dentro el orégano, la sal y el queso rallado y colocamos en un bol para dejar enfriar a temperatura ambiente.
Una vez que la masa de los buñuelos de queso y orégano esté frita, hacemos bolas con ella y pasamos por huevo batido y pan rallado. Freímos en abundante aceite caliente hasta que estén doradas.
Foto orientativa: Annie
Los buñuelos con queso pueden ser un bocadito riquísimo para unos aperitivos de cocktail. Estos son con queso fresco, pero puedes usar otro queso al gusto.
El célebre queso suizo amarillo, elaborado con leche de vaca y cuajo triturado, protagoniza esta exquisita e irresistible receta de buñuelos de queso gruyer.
Un exquisito plato de pechuga de pollo rellena de queso y con una cobertura especiada de comino y orégano, que le queda a la perfección.
Si buscas algo distinto, prueba estos originales buñuelos de calabacín y queso feta. Un delicioso bocado crujiente por fuera ¡y muy cremoso por dentro!
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